lunes, 1 de agosto de 2011

Los límites en nuestros hijos


Cuando se habla de ser padres, de la labor que tenemos al tener un hijo, nos damos cuenta que el famoso dicho que los niños no vienen con manual es muy cierta.



Todos nos dicen que hacer, cómo hacerle y que se espera de nosotros. Si nos ponemos a escuchar cada una de las ideas que están a nuestro alrededor, nunca sabríamos que hacer.



Cuando se trata de la educación de nuestros hijos siempre queremos encontrar la receta mágica pero esta tiene que ser el punto medio que se encuentra en la siguiente frase la cual para mi engloba la base de la educación de nuestros hijos:



       Si doy de más sobreprotejo, si doy de menos, abandono. Cuando logramos el equilibrio, nuestro hijo se siente respaldado, pero tiene la satisfacción de saber que puede lograr lo que se propone.



Sin embargo, surge la siguiente pregunta ¿y cómo lo logro?, ¿qué debo de hacer? Desafortunadamente, no existe una receta mágica que nos dice cómo hacerlo, que hacer o que no hacer. Es importante recordar que todos los seres humanos somos diferentes, y al ser diferentes, tenemos diferentes necesidades, lo mismo sucede con nuestros hijos. Pero lo que si es un hecho, es que todos los niños necesitan límites, los cuales son reglas que les indican que hacer y que no hacer, que se espera de ellos y cómo lo pueden llegar a logara.



Muchas madres me han dicho que no saben cómo hacerlo y que sienten que no tienen la personalidad para poner límites y sobre todo, no saben cómo hacerlo. Tenemos la creencia que el mundo en si es muy duro como para complicárselo a nuestros hijos con límites y con reglas. Pero debemos de tener en cuenta que la mayoría de los niños desean comportarse bien, pero necesitan que les enseñemos como hacerlo. Hay que tener en cuenta que  las conductas se aprenden y muchas veces se aprenden conductas inadecuadas por accidente o por que mediante ellas se están alcanzando ciertos objetivos que no se alcanzaron con conductas positivas.



He escuchado mucho que los padres no quieren repetir los mismos errores de los padres, ni tampoco quieren traumar a sus hijos. Pero, por otro lado tampoco quieren dejar que sus hijos sean los que mandan en casa, por lo que no tienen idea que hacer. Por lo tanto lo que necesitamos hacer es encontrar un justo medio donde no seamos ni autoritarios ni permisivos. Teniendo siempre en cuenta que  la autoridad es un derecho de los padres y su ejercicio es un deber para los hijos.



¿Pero qué son los límites?

Son guías que se le dan a los niños que les ayudan a saber que se espera de ellos y como se deben comportar. Estos lineamientos le permiten que funcionen sin incertidumbre ni culpabilidad. Les permite no sentirse “perdidos” o “descontrolados”.


Existen diferentes tipos de límites:



1.     Muy restrictivos:  Muy poca libertad para explorar y experimentar

Resultado:

  • Inhibe el aprendizaje y la responsabilidad
  •   Inspira hacia la rebelión


2.     Inconsistentes: Libertad Inconsistente

Resultado:

  • Inhibe la responsabilidad y el aprendizaje 
  •          Inspira hacia el probar y la rebelión


3.     Equilibrados:  Libertad basada en responsabilidad

Resultado:

  • Promueve el aprendizaje y la responsabilidad
  • Inspira la cooperación


Cómo establecer límites

  1. El niño debe saber exactamente lo que se acepta y lo que no se acepta.
  2. Sugerir opciones aceptables y dependiendo de su edad alentarlo a buscar diferentes alternativas
  3. Un límite debe afirmar algo de una manera global, debe ser concreto. Evita divagar
  4. Reforzar una regla
  5. Impersonal 





¿Cómo utilizar adecuadamente los límites?

  • Pocas reglas para que se puedan cumplir
  • El límite debe ser claro
  • Hay que explicarle al niño el por que  de tu decisión
  • Hay que fijar límites realistas tomando en cuenta edad, madurez, temperamento, etc.
  • Hay que respetarlo,  no se puede romper sin atenerse a las consecuencias.



Finalmente los límites deben de ser puestos por los padres, bajo parámetros que sean reales y que vayan de acorde a la educación que se da en casa.  Deben de ser realistas y nunca debe de ponerse un límite que de antemano saben que nunca van a cumplir.

4 comentarios:

  1. Solo los padres de familia aburridos se conocen a si mismos, los interesantes nos seguimos descubriendo conforme educamos a nuestros hijos.

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  2. Hay que educar a los hijos, y el mejor ejemplo que tenemos es el que nos dieron nuestros padres al educarnos a nosotros. Lo bueno, es que ahora podemos modificar/mejorar ese mismo patrón en el proceso que nos toca ahora. Seamos conscientes que para educar también tenemos que estar abiertos a aprender. Gracias, Vero, por compartir con nosotros, que estamos en esta hermosa labor de crianza.

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  3. Yo moriría por saber que hicieron mis papás para educarme, infundir valores y nunca haber dudado de su cariño, de su autoridad y de que lo que hacían era porque buscaban lo mejor para mi.
    Yo si quisiera repetir patrones.

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  4. Lommx totalmente de acuerdo contigo, pero no debemos olvidar que tus padres fueron gente con una visión mucho más moderna que en sus tiempos, creyeron en ti y en tus hermanos y los apoyaron a crecer y madurar. Yo hablaba de los poco permisivos y castrantes que no les dan la confianza que merecen sus hijos!
    Dalo estoy de acuerdo contigo, como padres todos los días es una aventura nueva.
    Ana si lo que nos enseñaron nuestros padres es muy bueno pero debemos de darles nuestra propia personalidad y cuando son dos padres, son dos realidades que se vuelven una en la educación de los hijos!

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